domingo, 28 de febrero de 2010

El Borracho

1

Entre la calurosa noche y la neblina
de un pequeño pueblo portuario,
marcha hediondo y borracho,
un vagabundo de penoso pasar.

Cejas caídas y boca apretada,
el traje insípido y semblante torpe
de un hombre, con cuarenta años,
caminando solo, hacia el puerto.

Una vez allí,
cruzará el muelle
para lanzarse al río
y ahogarse. 

2

Entre calor y vaho 
avanza el ebrio rumiante,
líneas se cruzan en su frente,
mientras prepara decidido,
su poético suicidio.

Creo que nadie entre nosotros,
eligiendo ese final,
desperdiciaría las palabras
de aquella procesión.

Con la decisión consumada,
y el tiempo de vida que se agota,
dirían lo que quisieran las palabras
desatascando lo que callaron.

Dejemos que el borracho hable,
no le queda mucho tiempo,
será lo último que diga,
y todo lo que oigamos de él.
 
3

Agua negra, ¿qué importa si oyen?
Quiero ser frío y sin peso,
ser muerto por la muerte,
y dejarme en ella ¿qué más hay?

Digo la verdad, no tengo razón,
no hablo de cansancio, falta de fe,
de mi historia de vida o mi dolor,
sino del fastidio, que me desenreda.
El tedio de seguir en este reino.

Como estoy deshecho, me deshago,
me desahogo y además, voy camino 
al río para ahogarme.

A hundirme yo, él hundido,
y en el fondo fundirme con lo que soy,
un ahogado, un ya no vivo,
caminando en su procesión.

No hay que lamentarse
por nada, ni por mí 
si soy hombre o ya no, ¿qué mas hay?
Soy aquello del río
que no han podido comprender,
ni podrán.

4

Así marcha el vagabundo 
sin prisa, hasta el muelle caliente
pero una extraña niebla lo envuelve 
lo retiene y lo cuestiona.

¿Irás a morir así?
hombre joven y tan tieso
como un tronco, turbio de alcohol, 
sin nada en los bolsillos,
y vestido como pordiosero?
Como por Dios, ¿así te vas a ir?
Con los pies de polvo, sin obra, ni nombre, ni biografía.
Estás errando, no lo hagas.

Te espera una vida, trabajo,
Familia, alegría.
Un lugar para sentar tu cabeza,segura, entre otras miles. 
La sociedad te solicita, hombre
no reniegues de ser miembro valioso, 
vital y vitalicio, del más hermoso club,
al que pueda pertenecerse, nosotros,
el conjunto de espantapájaros.

Y no hay mucho que dar a cambio,
tu vida, tu tiempo, tu voluntad.
Pero tendrás fines de semana
y comodidad, además
¿Qué existe fuera del club?
Bestias, soledad. 
Y los que vuelven arrepentidos
pidiendo limosna.El camino es el camino,
el que te enseño,no hay otro,
es el único, alegre, hermoso y fresco camino
¿Aún así te vas a ir?

5

El vagabundo respondió.

Cientos de miles de años,
me mantuve oyendo las voces de la niebla.
Corrí la carrera sin llegar,
acumulé y supe ¿qué mas hay?

Hubo quienes me decían
quién era yo y punto por punto, 
como actuar, siguiendo el bello plan.

Pero todavía no podía
quedarme quieto
en mi habitación.
Ni entraba a ella,
repleto de importancia.
Cuando me sentí exhausto,
y quise descansar,
la importancia infló mis ojos, 
y arañó mi espalda, la seguridad.

Siendo minúsculo, frágil e ignorante,
fui inaccesible, olvidé mi respiración
y nunca miré bajo mis pies.

Espejismos de la niebla, 
solo son voces de malos consejos.

6

Entre aquello y esto,
llegó por fin el vagabundo
al muelle del final

Caminó hacia adelante, 
y encontró el río,
¿qué mas hay?
Saltó.

Y ahora sucede lo increíble.

El cuerpo del vagabundo cae
todo está concluyendo,
llega al río y se hunde.

Pero cuando se hunde,
se deshunde,
y comienza a subir.

Vuelve al aire, seco
y cae parado sobre el muelle.

Sin controlar su cuerpo,
el vagabundo embriagado,
comienza a desandar.

Camina hacia atrás y
dice cosas incomprensibles,
habla con la niebla
y retrocede.

Se embriaga y llega al bar,
luego se viste, se despierta,
y luego sueña. Se duerme,
y luego se acuesta
y luego se embriaga.

Se vuelve de este modo un testigo 
de cada momento de su vida 
rebobinándose ante él.

Atrapado tras sus ojos,
es un observador de la historia 
de un hombre, un vagabundo
vagabundamente familiar.

Sin poder para cambiar nada,
ni siquiera morir
solo observar, rendirse,
entregarse ¿qué mas hay?

7

Entre esto y esto mismo,
cuarenta años pasaron hacia atrás,
y el vagabundo completó su historia.
Fue comprendiendo, supo y vio.

Una cosa llevaba a otra,
no había pasado ni futuro
todo había sido siempre él.

Sin nada para perder,
sin poder controlar,
sin lugar al que escaparse
sin distracción ni ruido
comenzó a oír una voz
y supo que no era la niebla.

Esto es un sueño, despierta
es solo un sueño, despierta.

La claridad de la voz
crecía con el tiempo
hasta volverse una fiesta.

Vuelve a mí, despierta.

El vagabundo se hizo un niño
y la voz fue enorme,
y él, un bebé 

Todo es un sueño, regresa a casa,despierta.

Y la voz fue la suya,
la del vagabundo,
que nació, murió
y despertó.

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